Hijo bastardo, fue abandonado sin recursos a la edad de 16 años.
En sus últimos años ejerció una gran influencia ideológica en su hija y en su nuevo yerno.
La dirección de la Carbonería francesa es confiada en un primer momento a Bazard; más tarde, para intensificar su influencia, se le da el liderazgo a Lafayette, quien dirige la conspiración abortada de Belfort.
En la ideología de Bazard esto implica una gran transformación, pues la fracasada solución violenta es sustituida por una visión pacifista, reformista y gradual, propia de los sansimonianos.
Participa en la polémica entre los redactores y Benjamin Constant, ideólogo de la corriente liberal.
Estos libros, que resumen lo más importante de la ideología sansimoniana, con aportaciones muy audaces con respecto a lo elaborado por el maestro, aparecieron sin firma, como producción colectiva de los discípulos.
A la vez que Bazard lidera la Escuela Sansimoniana, se va imponiendo una centralidad de lo religioso en el movimiento, a través del liderazgo de Barthélemy Prosper Enfantin.
Esta orientación provoca un primer alejamiento: Philippe Buchez se aparta de la organización.
Pero la nueva situación política y social abierta con la revolución da un enorme impulso a la causa sansimoniana.
Enfantin, lector de las teorías protofeministas de Charles Fourier, entiende que la doctrina sansimoniana debe reivindicar la emancipación de la mujer, entender la posibilidad del divorcio y constituir una religión donde estén integrados ambos sexos: junto a un “Padre Supremo” deberá existir una “Madre Suprema”.