Ha llegado hasta nuestros días prácticamente sin ningún retoque.
[1] Por diferentes motivos se tardaron alrededor de 50 años en la conclusión del programa decorativo.
[3] Su decoración, realizada por Matías Gasparini, presenta grandes originalidades del tipo chinoiserie en estilo rococó.
[4] Cabe destacar el reloj situado sobre la chimenea, obra del relojero suizo Pierre Jacquet Droz, con autómatas vestidos a la moda del siglo XVIII que bailan cuando, al dar las horas, un pastor sentado toca la flauta.
De la época de Carlos IV son las consolas del taller real y los candelabros franceses en porcelana y bronce.