La primera sería el pozo, situado en la parte norte, de planta rectangular y grandes proporciones, realizado en mampostería.
El procedimiento era llenar los balsetes con el agua procedente del pozo y almacenada en las balsas.
Una vez llenos se esperaba a que la evaporación del agua permitiera recoger la sal.
Por este motivo, estos balsetes estaban empedrados, de manera que la sal no se mezclaba con la tierra del suelo.
Hay además otras construcciones que servían de almacén para la sal una vez extraída y viviendas para el administrador.
En las Salinas viven algunas muy interesantes y escasas en la provincia de Teruel ya que aquí son raros estos ambientes.
En 1709, todas las salinas aragonesas pasaron a ser propiedad de la Corona, aplicando la legislación castellana.