Allí conoció a Viktor Hamburger, quien le introdujo a la naciente ciencia de la genética y a Conrad Hal Waddington, con quien trabó una gran amistad.
El mismo año emigraron también Hamburger y Curt Stern y, más tarde, Richard Goldschmidt.
En Estados Unidos, Gluecksohn-Schoenheimer comenzó a trabajar como técnica en el laboratorio de Samuel Detwiler, pero pronto abandonó este puesto para incorporarse al laboratorio del genetista Leslie C. Dunn, que estaba trabajando sobre mutaciones genéticas en ratones que parecían ser responsables de malformaciones relacionadas con el eje corporal.
En la introducción a su primer artículo sobre los ratones sin cola, Gluecksohn-Schoenheimer presentó el primer manifiesto programático de la futura genética del desarrollo, distinguiéndola de la embriología experimental.
No obstante, hasta mediados de los años setenta no estuvieron disponibles las técnicas moleculares que posibilitaron la fundación de la moderna genética del desarrollo.