Durante la estancia romana descubrió la pasión por la literatura que ya no lo abandonará y renunció a seguir los estudios en medicina.
Durante esos mismos años fue profesor en la universidad de Bastia y publicó el tratado Principi delle Belle Lettere.
Continúa colaborando con los Georgofili y la Accademia della Crusca, realizando un intercambio epistolar significativo con su editor en Florencia, Giovan Peter Vieusseux.
En 1852 deja sus actividades judiciales y se dedica a sus estudios hasta su muerte, ocurrida en Bastia en 1861.
En su primera edición de 1843 de Canti popolari corsi, impreso en Bastia -dedicado explícitamente «a los lectores corsos»- Salvatore Viale escribe un verdadero manifiesto ideológico en el cual -magistrado del Estado francés- reivindica con claridad y libertad la identidad corsa como antitética a la francesa y su pertenencia natural al área cultural italiana.