[1][2] El cuadro, célebre obra del pintor español, representa a San Francisco de Asís, figura icónica recurrente en el arte de Zurbarán.
El santo está descalzo, cubierto por un hábito, y se representa en postura erguida mientras baja la cabeza encapuchada, volviendo el rostro hacia un cráneo humano sostenido por dos manos.
La actitud del santo es ascética, meditativa: su confrontación con la calavera recuerda el memento mori, concepto preeminente de la Reforma católica.
En 1810, se atestigua su presencia en el palacio del Alcázar de Sevilla.
A la muerte del duque, su colección salió a subasta y fue expuesta en 1852 en París, donde el San Francisco contempla un cráneo fue adquirido en las colecciones Sarchi y Richard.