[2] La creación del Patronato Antituberculoso de la Alfaguara permitió canalizar los recursos económicos y sanitarios con los que se inició la promoción, construcción y puesta en funcionamiento del sanatorio bajo la dirección técnica de Helene Bickman Alterhoff .
Aprovechando el conocimiento en proyectos educativos de Berta Wilhelmi, en 1924, el Patronato crea un preventorio al aire libre para albergar niños, con capacidad para veinticuatro niños (doce niños y doce niñas)[4] que continuará funcionando los dos años siguientes, dando lugar a la inauguración del pabellón infantil "Luis Dávila" (nombre del hijo de Berta Wilhelmi que acababa de fallecer), con diez camas de capacidad, en 1926.
Las ruinas del sanatorio han sido citadas en la literatura local y provincial vinculadas a fenómenos paranormales (ver bibliografía).
La modalidad estructural fue el muro de carga con forjados en bovedilla, Siendo el material empleado e ladrillo macizo visto.
La capacidad fue ampliada en 1924 con las nuevas instalaciones al aire libre el barracón del preventorio infantil, que duplicó la capacidad del sanatorio hasta las 48 camas, añadiendo veinticuatro nuevas plazas, doce para niños y doce para niñas.