La película fue codirigida por el propio Blasco Ibáñez y por Max André.
Fue producida por la marca hispano-francesa Prometheus Films, denominada igual que la editorial Prometeo, de donde se consiguió la financiación para llevar adelante la empresa.
[2] Esta película supone la primera vez que el novelista asume tareas de dirección y producción.
Fue la única vez en que Blasco Ibáñez plasmó en imágenes la concepción cinematográfica de su propia obra.
La copia de la Filmoteca Valenciana fue donada por Dolores Nebot Sanchis en 1993.