Alguno de estos tres lienzos pudo formar pendant con otra pintura, representando a Santa Justa pero, en todo caso, estas hipotéticas parejas se han perdido.
Zurbarán no relata la muerte de Rufina, sino que destaca su dedicación a la alfarería.
[1] Los suntuosos atavíos que visten las santas representadas por Zurbarán no corresponden a la usanza diaria de su época ni, mucho menos, la del tiempo en el cual se supone vivieron estas mujeres.
[2] Según otros autores, su indumentaria deriva arbitrariamente de modelos italianos o flamencos.
Son muy remarcables los tonos suaves, el tratamiento difuminado de la luz y el hermoso colorido que muestra Zurbarán en esta obra.
Como es habitual en estas obras de Zurbarán, la figura aparece en solitario, sin ningún elemento anecdótico.
La santa forma una estructura casi piramidal, que destaca tanto sobre el fondo oscuro y neutro, como también sobre su propia sombra en el suelo.