Se conoce muy pocos datos de su vida.
[2] Dentro del sepulcro estaban los huesos de una mujer joven, cuya disposición sugería una muerte violenta y un frasco de color rosa que supuestamente contenía su sangre seca.
Satisfecho con los resultados, otorgó una "canonización equivalente" a Vibiana como virgen y mártir de la época romana en febrero de 1854, eludiendo los procedimientos judiciales y ceremoniales para declarar la santidad.
Varios obispos solicitaron la custodia de sus restos, ya que las reliquias santas eran una presencia requerida en las catedrales y otorgaban considerable prestigio a quienes las poseían.
[1] Quince años más tarde fue trasladada al altar de la por entonces recién construida Catedral de Santa Vibiana en Los Ángeles, California.