Santiago Montes Luengas

El joven Montes cautivado por la maestría del pintor, pasa mucho tiempo primero observándole y luego ayudándole en el lavado de los pinceles y en la mezcla de los colores.

[1]​ Durante el forzado encierro Montes pintó y dibujó de manera obsesiva.

En 1946, reunidas las suficientes pruebas que le exculparan de crimines graves, recobró la libertad y empezó una nueva etapa profesional y creativa que le llevó a ser copista oficial del Museo del Prado realizando copias de Mantegna, Van Der Weyden, o Murillo tan buenas que hasta los expertos encuentran difícil diferenciarlas de las originales.

Paralelamente a los numerosos encargos de copias, casi todas de turistas extranjeros que visitan el museo, Montes realizó su propia y personal obra pictórica en una carrera artística que se interrumpió bruscamente en 1954 por su prematura muerte a la edad de cuarenta y tres años.

[1]​ La producción artística de Montes ha abarcado por un lado la copia de grandes obras pictóricas como las mencionadas del Prado o las que pudo conocer gracias a las primeras imágenes en color que comenzaron a circular en publicaciones de arte, y por otro la obra propia donde se encuentran paisajes, bodegones, y numerosos retratos.