Exceptuando las correspondientes imágenes en los Apostolados, Santiago el Mayor está muy poco representado en el corpus pictórico del Greco, y no hay constancia de que lo representara en su legendaria participación en la batalla de Clavijo, tema muy popular en la pintura y escultura españolas de aquella época.
Esta iconografía procede del arte románico, cuando a los peregrinos que ya habían llegado a Santiago, se les vendían pequeñas figuritas en azabache del santo, vestido como peregrino.
Este lienzo ocupaba el ático del retablo, con la estatua de santa Bárbara debajo, mientras que en la predela estaban San Agustín, retablo de santa Bárbara —a la izquierda— y San Francisco, retablo de santa Bárbara —a la derecha—.
[5] Tanto Wethey como Gudiol consideran esta pintura como la mejor de las tres del retablo.
Este último autor considera que el rostro de Santiago — hombre joven con una corta barba negra— tiene ciertos rasgos crísticos.