Se trataba del sanatorio del abad Sebastian Kneipp en Wörishofen, donde pasa 6 meses haciendo curas de agua, dando paseos al aire libre para oxigenar los pulmones y tomando caldos vegetales, plantas medicinales y haciendo una dieta casi vegetariana.
Corría el año 1893 cuando Jaime Santiveri tuvo que abrir otro establecimiento, esta vez en el número 20 de la calle Call, como farmacia para vender este tipo de productos y puso a su frente a un director farmacéutico, ya que las autoridades sanitarias del momento así se lo exigieron.
Se contaban productos tan variados como harinas de hueso o polvos blancos para combatir la debilidad nerviosa y el raquitismo, ungüentos oftálmicos, purgantes, tisanas, tela de lino para las envolturas, regaderas y otros utensilios para la hidroterapia, etc.
Pero al estallar la Primera Guerra Mundial, los alemanes anularon los contratos y Santiveri se quedó sin la concesión, pero eso en vez de hundirlos les empujaría a crear su propia marca: Malta Natura que empezaron a producir en la fábrica que construyeron cerca del mar, en una zona llamada Casa Antúnez, donde instalaron su propia tostadora.
La malta tuvo su época dorada en la preguerra española y Santiveri llegó a popularizar un camión-degustación llamado El Águila Verde, adaptado como cafetería, para promocionarla.
Hoy Santiveri sigue vendiendo malta, pero ésta ya tiene un heredero más popular que se llama Chifé.
Pocos saben que los famosos “corn flakes” cruzaron el Atlántico gracias a Santiveri, que también dio a conocer en Barcelona otros productos del genial Kellogg, como los Brand para combatir el estreñimiento.
Fueron sus representantes y distribuidores en España hasta la Guerra Civil Española que desencadenaría la ruptura de relaciones comerciales.
Debido a que en sus orígenes Santiveri tenía una gran mayoría de clientes vegetarianos, desarrolló productos propios prácticos muy innovadores como la famosa Carnita, una especie de carne vegetal elaborada con soja y otros cereales que se presenta en lata.
Aunque tradicionalmente se ha relacionado la marca Santiveri con los productos para diabéticos e intolerantes al gluten y a la lactosa (ya que tienen muchos alimentos sin azúcar añadido ni lactosa), lo cierto es que ahora su abanico de consumidores es mucho más variado ya que han sabido adaptar sus productos a las cambiantes necesidades de cada época.