Dada la complicada ubicación del mismo, al cortar su base, la parte principal cayó hacia un barranco.
Al día siguiente reiniciaron su búsqueda por el árbol apropiado, pero no dando con ninguno que se adecuara a sus fines, determinaron utilizar el ya talado y se dirigieron al lugar donde había caído.
Al llegar a oídos del cura y vicario de la ciudad, Pbro.
Diego Gabino Quintero, este le pidió a Cristóbal Melo que se presentara con la imagen de la Virgen.
La imagen reposaría en la iglesia durante varios años mientras que la capilla solo fue construida en 1882 gracias a la financiación de feligreses bogotanos.