Se mudó a Laredo, Texas, en 1898 para enseñar español en el Seminario de Laredo y permaneció allí hasta su muerte.
Ramírez utilizó la literatura para transmitir un mensaje revolucionario, sus obras se publicaron en La Crónica y El Demócrata Fronterizo, así como en publicaciones literarias periódicas que ella misma fundó, La Corregidora y Aurora.
[1] Los temas de su poesía y ensayos incluyen la filosofía, la política y los derechos de las mujeres.
[2] También intercambió correspondencia con Ricardo Flores Magón y colaboró en medios periodísticos con Dolores Jiménez y Muro, Juana Belén Gutiérrez de Mendoza y Elisa Acuña.
[3] Murió en Laredo de causas desconocidas en 1910.