D. Lorenzo y D. Saturnino fueron alumnos de D. Luis Bretón, quien los preparó para ingresar en el seminario.
El sermón debió causar tal sensación al obispo D. Fidel García, presente en la misa, que llamó a Don Saturnino y le dijo: "se encuentra vacante la parroquia de Navarrete y queda nombrado Ud.
Ya en Miranda fue Consiliario de Acción Católica, potenciándola en todas sus ramas y agrupaciones.
En diversas ocasiones le ofrecieron cargos importantes en la curia diocesana de Calahorra, pero no los aceptó, pues su verdadera vocación fue siempre la acción pastoral.
Rigió la diócesis por espacio de veinticuatro años, desarrollando en ella una intensa labor pastoral.
También con los monaguillos era generoso; cuando, siendo cura pasaba quince días de verano en Los Molinos, les daba un real cada vez que le ayudaban en misa, en tanto que el sacerdote del pueblo (por la precaria situación de la parroquia) les daba una peseta al mes.
Sus restos mortales descansan en la iglesia del Salvador de Soria, construida durante su pontificado.