[1][2] En el sitio se pudo encontrar evidencia de asentamientos humanos en el siglo VIII a. C. En el año 1125, el castillo románico sería construido sobre la piedra desnuda, lo que luego le daría su nombre a la ciudad de Graz, ya que en esloveno «Gradec» significa «Pequeño Castillo».
[3] Napoléon Bonaparte intentó sin éxito conquistarla en el siglo XIX, tan sólo cuando ocupó en 1809 la ciudad de Viena y amenazó con su destrucción, extorsionó a los habitantes de Graz y casi arrasó por completo todas las fortificaciones.
Así se convirtió en un centro de comando y refugio antiaéreo para unas 40 mil personas.
Los habitantes decidieron escoger a una persona, entonces el diablo se dirigió volando hacia la enorme roca.
No teniendo aquel día poder sobre el pueblo, ni siquiera pudo obtener aquella preciada alma.