[3] Colaboró en las revistas de Mundo Literário (1946-1948),[4] Árvore y Távola Redonda.
[3] Sebastião da Gama pasó a la historia por su dimensión humana, en particular por su convivencia con sus estudiantes, registrada en las páginas de su famoso diario (iniciado en 1949).
[5] Su diario, publicado póstumamente en 1958, es un interesante testimonio de su experiencia como profesor y una valiosa reflexión sobre la enseñanza.
Basta a esperança naquilo que talvez não teremos.
Es suficiente la esperanza en aquello que tal vez no vamos a tener.