Este trabajo llevó al grupo a inscribirse en una categoría privilegiada entre las bandas y músicos que transformaron el Brasil de la bossa nova y la Tropicalía de entonces para el rock brasileño, un estilo que solo floreció expresivamente en los años 80.
Secos e Molhados se inició como un proyecto de João Ricardo, donde hizo diversas presentaciones con otros instrumentistas hasta encontrar a Ney Matogrosso, que tendría la voz más adecuada para interpretar gran parte del repertorio del grupo, que ya estaba compuesto.
[4] En esa época, la grabadora era una de las principales compañías fonográficas nacionales y disputaba mercado con otras empresas multinacionales.
[10] La música grabada hizo que la industria fonográfica registrara una fuerte expansión, atrayendo nuevas y grandes inversiones.
[11] Así, "buscando alternativas para conquistar público en un mercado recalentado y disputado por grandes empresas multinacionales, la Continental, una de las mayores grabadoras de capital nacional, diversificaba su catálogo dando espacio a nuevos grupos y compositores, aunque eso generara, en un corto plazo, algún perjuicio.
"[13] Walter Franco habría sido otro músico de la grabadora considerado "difícil" por el público.
[4] Sin embargo, no invirtió mucho dinero por cuenta del futuro incierto de la banda.
[19] Los arreglos fueron firmados por la propia banda, con la salvedad del surco "Fala", que contó con la participación de Zé Rodrix.
[19] Rodrix tocaba su teclado moog después que la orquesta y los otros instrumentos cesaban, técnica que solo puede ser oída en los CD relanzados del grupo ya en la década de 1990, pues en el vinilo original este tema contenía 15 minutos menos.
[20] Marcelo Frías participó como baterista y también salió en la portada del disco, pero desistió inmediatamente tras su realización.
Gérson Conrad relata que "invitamos los músicos [de apoyo] para hacerse miembros oficiales del grupo, pero sólo Marcelo aceptó.
Después, receloso, él prefirió seguir como músico contratado, pero la foto [de la portada del disco] ya había sido hecha.
[17] Haciendo justicia al nombre del grupo, el entonces fotógrafo del periódico carioca Última Hora, llamado Antônio Carlos Rodrigues, reprodujo una mesa de cena con productos vendidos en almacén (nombre genérico para secos y molhados), donde vemos panes, chorizos, cebollas, granos de porotos, vino barato de la marca Único, etc.[22] El nombre del grupo, encima de la mesa, en letras rojas brillantes, alude a la placa que João Ricardo habría visto en una visita a la Ubatuba y que le dio la idea para el nombre del conjunto.
"Quedamos allá la madrugada entera, sentados encima de ladrillos", cuenta João Ricardo, "y hacía un frío horroroso bajo la mesa".
"[27] Algunos autores notan que ya en la portada del disco existe una escena y un compromiso antropofágico, con las cabezas sobre bandejas en una mesa "para el deleite gastronómico de los oyentes".
"[34] Así, las mayores influencias del álbum, además de The Beatles, fue el movimiento predecesor Tropicalismo, sobre todo las figuras de Caetano Veloso y Gilberto Gil, como afirma João Ricardo: "ellos fueron extremadamente importantes para la experiencia del Secos & Molhados.
Por ejemplo, la canción "O Patrão Nosso de Cada Dia" es visto como semejante a las obras del cuarteto folk Crosby, Stills, Nash & Young.
[39] Las letras de Secos & Molhados son originadas en poesías musicadas o inéditas que, para algunos, "nada deben al texto literario en términos poéticos".
[41] En verdad, los autores consideran que el álbum trae distinguidos gustos y patrones de consumo musical: "Primavera entre os Dentes" y "Mulher Barriguda" para los comprometidos, "Rosa de Hiroshima" se hizo himno de los pacifistas, "Prece Cósmica" para hippies y místicos, "Rondó do Capitão" atrapaba el público infantil, "O Vira" alegraba el público masivo de las radios y, por fin, los poemas musicados daban el tono erudito (sin parecer pomposo) para oyentes más letrados.
El clima misterioso y silencioso del tema es considerado como "una ideología escondida por bajo la alfombra sonora construido por los músicos de la banda.
Fue un récord histórico en la industria fonográfica brasileña: vendió más de 300 mil copias en los primeros 60 días.
Realizaron una temporada en el Teatro Italia, con gran éxito, hicieron incursión en México, donde se volvieron populares, y viajaron a Río de Janeiro para dar un concierto en el Maracanãzinho en febrero de 1974, la mayor presentación del conjunto hasta entonces, prevista para treinta mil personas, aunque noventa mil quedaron fuera del estadio.
[52] Luego de eso, entrarían nuevamente en estudio para grabar el segundo álbum y después se disuelvan por conflictos internos.
Cuando la formación clásica del grupo terminó, el periodista Sérgio Vaz, en septiembre de 1974, escribió: "Pobre Continental.
[57] En texto de 1974, Sérgio Vaz escribió, comparándolo al segundo álbum del grupo del grupo: "No que el primer disco de Secos y Molhados sea malo, ni que el segundo disco sea malo.
"[61] En crítica de 1974, el reportero Maurício Kubrusly escribió: "Es música alegre, descontraída, no preocupándose con cualquier denuncia.
[75] En 2003, fue lanzado el álbum Assim Assado - Tributo ao Secos e Molhados, producido por Rafael Ramos y lanzado por la Deck Disc, en una relectura de este disco de 1973, en homenaje a los 30 años del grupo, con las mismas canciones cantadas, respectivamente, por Nando Reis, Falamansa, Toni Garrido, Ira!, Eduardo Dusek, Capital Inicial, Pitty, Matanza, Arnaldo Antunes, Raimundos, Pato Fu, Marcelinho da Lua y Ritchie—una geración pós-Secos e Molhados.
[...] Era pop a más no poder—desde las canciones hasta lo visual (y la antológica portada del disco, claro).
"[57] Todos los arreglos son firmados por la propia banda, con la salvedad del surco "Fala", que contó con la participación de Zé Rodrix.