Expuso individualmente en la Sala Parés de Barcelona en 1914, con un total de ciento cincuenta obras entre retratos, paisajes y marinas.
También en 1915, en el Salón Vilches de Madrid, en cuya exposición se vendieron todas las obras expuestas.
Durante esta época, gran parte de su producción fue exportada a América.
Destacó como excelente retratista, mostrándose muy eficaz en el dominio de la técnica, aunque han sido sus paisajes y marinas los que le dieron la fama.
Entre sus discípulos, cabe destacar a su sobrino, el pintor Joaquim Terruella y al no menos importante pintor Antoni Rosell Altimira, ambos catalanes.