La Semana Santa de Aranda de Duero se caracteriza por el típico espíritu castellano de silencio alterado únicamente por los clásicos tambores y trompetas.
Reconocida como fiesta de interés turístico de Castilla y León.
El acto estrella es la denominada Bajada del Ángel, en la cual un niño de corta edad vestido de ángel y suspendido de un cable quita el manto negro de luto a la Virgen, para que pueda ver con sus propios ojos a su hijo resucitado.
Tiene la misma significación que las celebradas en Peñafiel (Valladolid), Alfarrasí (Valencia) y Tudela (Navarra).
Esta ceremonia está declarada, junto con el resto de la Semana Santa arandina, de interés turístico regional.