Se muestra a Ayrton Senna muy religioso,[2] preocupado por sus compañeros de trabajo, perfeccionista hasta el mínimo detalle, obsesionado con el triunfo, ídolo de millones alrededor del mundo e idolatrado en su país natal.
El equipo Williams, pionero en la implementación del nuevo sistema, contrataría a Alain Prost, aunque éste pondría un único y esencial requisito: no tener como compañero de escudería a su declarado rival, Ayrton Senna.
La cinta muestra la amplia cobertura de los medios, el multitudinario y llorado adiós que le dio Brasil a quien alcanzó la cima del mundo tuerca merced a su talento, dedicación y coraje.
El blog Napier´s News le dio cinco estrellas y la llamó: “Un trabajo impecable que se exhibe en su forma más emocionante”.
No estamos oyendo tanto lo que sucedió en un pasado sino viéndolo ante nuestros ojos”.