Sensor fotónico

Así, la luz puede transmitirse a larga distancia reflejándose miles de veces.

Por último, en la fibra óptica la señal no se atenúa tanto como en el cobre, ya que en las fibras no se pierde apenas potencia óptica por refracción o dispersión espacial de la luz, consiguiéndose así mejores prestaciones y alcances.

Tanto en los cables de cobre como en las fibras ópticas se pueden transmitir a la vez por el mismo medio conductor varias señales diferentes con distintas frecuencias para distinguirlas, lo que se denomina multiplexación de señales.

[4]​ Los sensores fotónicos más versátiles y eficientes están basados, además de en la fotónica, en la fibra óptica y se emplean en diversos campos para medir parámetros físicos y químicos de interés gracias a su reducido tamaño, con un diámetro que apenas mide 125 micras, lo que supone aproximadamente el grosor de un cabello humano.

Estos sistemas presentan la gran ventaja de utilizar como transductor el propio cable óptico.

Para sistemas puntuales, la distancia de monitorización remota puede llegar hasta 250 km.

[14]​ Los sensores fotónicos presentan múltiples aplicaciones que constituyen una manera de medir cualquier parámetro, ya sea temperatura, tensión mecánica,[15]​ radiación o parámetros químicos y biológicos.

[21]​ Gracias a estos pequeños dispositivos se puede controlar qué cantidad de plomo o elementos orgánicos existen en ríos como el Ebro.

Permite conocer el movimiento en cada instante, midiendo el desplazamiento y pudiendo así corregir la trayectoria.