Dos de sus hermanas murieron, una recién nacida y otra con pocos meses.
[1] Su primer maestro fue su abuelo, Eustaquio Soriano, secretario del ayuntamiento.
[5] Este se encontraba en la provincia Bética, creada en 1934, y que agrupaba las casas de la orden en Canarias, Andalucía, Extremadura, Cuenca, Ciudad Real y Toledo.
En esta ceremonia, uno se tumbaba en el suelo frente al prior y era cubierto por un manto negro con una granada y, sobre él, se echaban ramos de flores.
Contribuyó a la fundación del hogar-clínica de la orden en Lima.
Esta actuación debió general algún escándalo, porque fue amenazado con ser expulsado de Perú.
[16] En 1960 produjo una película, «La llamada», protagonizada por un personaje llamado Antonio que, a los veinte años, deja a su novia y entra en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
[17] La película tiene un argumento autobiográfico, ya que antes de hacerse esta orden Serafín salía con una chica llamada Abilia.
En aquel entonces, este centro estaba destinado a niños sin recursos con minusvalías físicas, sobre todo causadas por la poliomielitis.
Serafín amplió la atención a niños con deficiencias síquicas y sensoriales.
[20] Serafín amplió el sanatorio sevillano y creó una Escuela de Formación Profesional.
El lugar pasó a llamarse Centro de Rehabilitación y Educación Jesús del Gran Poder.
Serafín también elaboraba pequeñas publicaciones monográficas para dar a conocer el hospital y recaudar fondos.
[28] En octubre de 1965, en el Centro del Gran Poder había 400 niños internos, 150 tenían media pensión y se atendía a más de 2000 al día.
Aquel día se recibieron miles de telegramas, incluido uno del papa Pablo VI.
También creó el Premio Ilusión, donde se concedió un millón de pesetas al mejor artículo sobre la ciudad.
También señalaba un plan: se crearían veinte Teléfonos de la Esperanza.