Sergio IV (en latín, Sergius PP.
Tras la abdicación de Juan XVIII fue elegido papa con el apoyo de Crescencio III, aunque no se plegó totalmente a sus deseos, como habían hecho sus dos predecesores en el pontificado.
Durante su pontificado, el califa fatimí, al-Hákim bi-Amrillah, destruyó la Iglesia del Santo Sepulcro.
Este hecho sirvió para que en años posteriores, y con el objeto de justificar las cruzadas, se dijera que Sergio IV había dictado una encíclica con el fin de organizar una expedición militar que rescatara los Santos Lugares de manos musulmanas.
A mediados del siglo XX se demostró definitivamente que se trata de un texto falsificado en la abadía de Moissac.