Sexta Conferencia Panamericana

Algunos autores como Leandro Morgenfel, sostienen que la elección de Cuba como la sede respondió a la situación subordinada que tenía la isla respecto de los Estados Unidos.

Aun en ese momento se mantenía el protectorado norteamericano sobre el país caribeño.

Una característica de la Sexta Conferencia Panamericana es que, Cuba desde 1925 solicitó a los países pertenecientes a la Unión Panamericana el número de Delegados que asistirían en 1928 a La Habana.

Además se sumaron Bolivia, México y Perú que estuvieron ausentes de la Quinta Conferencia Panamericana.

La ausencia de México se debió a que no contaba con un representante ante la Unión Panamericana reconocido por el gobierno estadounidense; además, se encontraba en el periodo posrevolucionario.