En invierno es habitual encontrarla nevada, razón, que junto a su cercanía a la ciudad, la ha convertido en una salida habitual para los montañistas que desean experimentar las condiciones típicas de la alta montaña.
En verano, por el contrario, es un lugar sumamente árido y caluroso, lo que convierte su ascensión en una excursión muy agotadora pero de excelente entrenamiento.
Destacan en invierno sus cumbres siempre nevadas, en primavera sus laderas verdes hasta los 2000 m s. n. m. y en verano las diferentes tonalidades del material rocoso que lo compone.
Con respecto a su fauna, ésta se encuentra presente durante todo el año, incluso en las cumbres.
Se pueden encontrar vizcachas, zorros culpeos, degús (ratón, cola de pincel), cóndores, gallinas ciegas, tiuques y otros.