En la configuración de esta sierra, hay que destacar numerosas lomas y "cabezos".
De 1575 data una descripción considerablemente extensa, incluida en la Relación que el Concejo de Villena envió a Felipe II: Por la parte norte, existe una carretera que se adentra en la sierra, donde se pueden contemplar plantas endémicas de la región, así como grutas, y cuevas.
Los principales puntos de interés son: la cueva del Lagrimal (cerca de la que se encuentra la Microrreserva Cueva del Lagrimal), el mirador Rabasa, las antiguas casas de colonos, la casa Forestal, el pocico Bartolo y la fuente del Lobo.
[4] Por la parte sur, existen senderos y antiguos caminos de pastoreo que llegan hasta la cumbre y la recorren salvando numerosos barrancos.
También es destacable el hecho que en días de buena visibilidad la vista alcanza hasta el mar Mediterráneo.