Inicialmente focalizado en hallar una nueva actitud frente a sus pacientes, no tardaría en realizar una recapitulación de sí mismo, llegándose a formular la siguiente pregunta: «¿Pero, cuál es, pues, tu mito, el mito en el que tú vives?».
La conclusión inicial a la que llegaría sería la del inicio de una psicosis.
Tras una primera visión, con alusiones al mito del héroe y del sol, «un drama de muerte y renovación», le siguió seis días después un sueño donde se mostraban el arquetipo de la sombra y nuevamente el arquetipo del héroe, esta vez representado por Sigfrido, al que había que asesinar.
Este representaba la voluntad consciente del Yo, la imposición heroica de la propia voluntad, sin embargo «había que dar fin a esta identidad con el ideal del héroe; pues existe algo más alto que la voluntad del Yo y a lo cual había que someterse».
De ahí surgirá el episodio en donde llega a vislumbrar tres nuevas figuras.
[8] Ante la disyuntiva proveniente entre si lo que estaba experimentando era arte y no ciencia, logró afrontar y aprehender nuevamente al ambivalente arquetipo del ánima, el alma en el sentido primitivo, o lo femenino en lo inconsciente colectivo de un hombre (a lo masculino en lo inconsciente colectivo de una mujer lo denominó ánimus).
[9] Inicialmente impresionado por el aspecto negativo del ánima, llegaría a describirle a partir de su capacidad para «generar timidez ante su presencia», por su «influencia funesta sobre los hombres», por su «carácter persuasivo e insinuativo», por la «fuerza tentadora y astucia profunda en lo que expresa», por su «doblez, altavoz del inconsciente, capacidad de aniquilación sobre un hombre».
El fin último debía consistir en apropiarse de una totalidad integradora desde una inmadura unilateralidad disociativa.
[10] Contenido en el proceso biográfico relatado por Jung en sus memorias se deduce una interrelación recíproca entre sujeto y objeto, redescubriéndose un conocimiento que se autovalida a su vez en el propio experimentador.
Tres serán las vías que propicien el proceso de «llegar a ser un individuo», «llegar a ser uno Mismo»: Las fantasías que por entonces se le presentaban a Jung las escribía primeramente en el Schwarzes Buch (Libros negros) y posteriormente las transcribía al Rotes Buch (Libro rojo), ampliado con ilustraciones, una de ellas la del propio Filemón.
Aniela Jaffé aclara que "el Schwarzes Buch comprende seis volúmenes encuadernados en piel negra; el Rotes Buch, un infolio encuadernado en piel roja, contiene las mismas fantasías, pero en una forma y lenguaje retocados y en escritura gótica caligráfica, a la manera de los manuscritos medievales".
Sin embargo, existe actualmente una fundación, la Philemon Foundation, cuyo proyecto fundamental consiste en actualizar toda el trabajo de C. G. Jung incluyendo material disponible no editado en sus Obras Completas.
El acto nuclear de la Philemon Foundation fue completar la financiación del Libro rojo para su edición, la publicación más importante desde su muerte.
[17] Tras una gradual transformación, en 1916 Jung sentiría la necesidad imperiosa de escribir, sintiéndose «impulsado desde dentro a formular y expresar lo que podría haber dicho Filemón».
Hoy se sabe que la paciente nombrada en su tesis doctoral, «la señorita S. W.», era su prima Hélène Preiswerk.
Jung invita a aceptar lo acontecido tal como fue experimentado, eludiendo todo intento de reduccionismo y tergiversación, amparado por un pretendido omniabarcante conocimiento científico o su aniquilación a través de la anomalía.
Pierre Janet ya apuntalaría en 1909 como denominación alternativa a la misma sintomatología la de abaissement du niveau mental.
[25] Por otro lado, el ánima es el aspecto femenino presente en lo inconsciente colectivo de los hombres (al aspecto masculino presente en la psique colectiva de las mujeres le denominó ánimus).
[27] Los Septem sermones ad mortuos representarían por tanto, entre otros aspectos de diversa índole, la respuesta dada por el pensador suizo a la demanda de saber que los muertos interpelaban con su presencia.
También constituiría paralelamente una compensación mutua entre el mundo consciente y lo inconsciente colectivo.