El signo recibió su epóniomo del poeta francés Alfred de Musset.
[3] Tanto Paul como su madre notaron el ritmo cuando el poeta se sentaba a desayunar con ellos en 1842, quince años antes de que este falleciera.
[4] Debido al clásico signo presente en el poeta, era común que en los salones de París de fines del siglo pasado, los varones solían imitar a Musset y su baile aórtico.
Ese retorno de sangre aumenta considerablemente el volumen diastólico del ventrículo izquierdo y como consecuencia aumentaría la fracción de eyección en el subsiguiente paso del ciclo cardíaco.
[7] Finalmente, el ventrículo izquierdo se contrae y vuelve a enviar sangre hacia la aorta.