De once hermanos y sus padres, solo cuatro se salvaron: el resto fue exterminado en los campos.
[1] Instalado en Argentina desde 1940, Hermann mantuvo su lucha contra el nazismo y luego de la guerra se suma a la caza de nazis bajo órdenes del PCA, mezclándose con la comunidad alemana en Argentina y ocultando su identidad judía.
[2] Silvia cumplió con su misión y transmitió esa información a su padre, quien constató que se trataba efectivamente de Eichmann, uno de los principales genocidas nazis buscados internacionalmente.
Lothar por su parte fue denunciado por fuentes anónimas y detenido por la policía argentina acusado de ser Josef Mengele, siendo torturado durante quince días.
Recién muchos años después, cuando Lothar Hermann ya había muerto, Israel y Coronel Suárez, reconocerían el papel decisivo y heroico jugado por ambos que llevó a la captura de Eichmann.