Como un cachorro, Simba es curioso, aventurero, arrogante y muy dispuesto a convertirse en rey.
Sufre un trauma emocional grave cuando Scar, su tío, asesina a Mufasa, el padre de Simba.
Más tarde, cuando Simba se entera de que Scar está gobernando injustamente las Tierras del Reino, se enfrenta a su pasado y vuelve a tomar su lugar como el legítimo rey.
Así se muestra el nacimiento del nuevo heredero al trono ante los animales de la sabana.
Ya desde cachorro, Simba empieza a interesarse por descubrir lo que conlleva ser un rey.
Al día siguiente, Simba se encuentra en medio de una gigantesca estampida de ñus, (trampa que había planeado Scar y las hienas para matarlo) y su padre lo salva justo a tiempo.
Sin embargo, el rey es asesinado por su malvado hermano menor: Scar lo empuja por la pendiente a la cual intentaba subir para no morir pisoteado por los ñus.
Simba demuestra ser un cachorro difícil de manejar, pues se mete en todo tipo de líos, salta entre los árboles, nada en las cascadas empinadas, da vueltas a Timón como un juguete, los despierta todas las noches para ir al baño, o en casos especiales por pesadillas que él tenía.
Además, le cuenta que su mal manejo llevó a la escasez de agua y comida.
Sin embargo, Simba no quiere creer las palabras de Nala y estos se pelean.
Sin darse cuenta de que éstas le oyen, deciden acabar con su jefe.
Y eso hace que todos los animales regresen a las Tierras del Reino muy felices, continuando el ciclo de la vida.