En la segunda acepción, del griego "sun", usado como prefijación, su sentido es aparentemente opuesto, y significa unión, v. gr.
Por su formación filológica, tanto académica como experimental (aquí debe incluirse su estrecha relación con Joyce), Beckett explora en el texto mismo, con el despliegue discursivo, esta realidad formal que desvirtúa orígenes de vocablos que no son tan tajantemente ajenos como muestra el desarrollo ramificado y mayúsculo de las lenguas.
La preposición "sin" vale, semánticamente, por el circunstancial de negación en el análisis sintáctico-gramatical, cuyo valor no altera el sentido del predicado aunque sí, en el plano pragmático, la experiencia comunicativa.
Observada cada línea en su individualidad y proyectado dicho análisis hacia las demás, su característica es el desarreglo sistemático que Beckett promueve en la sintaxis tradicional.
Así, el comienzo del texto puede considerarse retrospectivo desde el hiperónimo del título "Sin" ya que "Ruinas refugio..." anula el sentido, basado en la oposición binaria establecida y por demás consumada lingüísticamente (más aún occidentalmente) como muestra la proliferación de los diccionarios de sinónimos y antónimos.
En su defecto, puede verse como una celebración del pesimismo o la tragedia humana, ya que el texto deja entrever una imposibilidad de regresión existencial.