En 1848 los judíos recuperaron sus derechos civiles en el Reino de Cerdeña por medio del Estatuto albertino.
El espacioso salón, capaz de albergar a 1400 personas, era rico en decoraciones, con un artesonado.
El daño a los muebles y decoraciones fue enorme; solo se salvaron las estructuras del muro.
El templo, ahora desproporcionado al tamaño de la comunidad, se usa solo en las fiestas más importantes.
Posteriormente fue trasladado a la antigua casa de descanso en la Piazza Santa Giulia, donde permaneció hasta 1963.