Es uno de los pocos sindicatos exclusivamente femeninos actualmente en existencia.
Las primeras organizaciones de trabajadoras en Suiza fueron creadas por Gertrude Guillaume-Schack en 1885.
Los miembros no provienen de círculos sindicales, sino que incluyen una serie de trabajadoras domésticas, maestras y trabajadoras a domicilio).
Margarethe Faas-Hardegger, secretaria sindical entre 1905 y 1909 le dio credibilidad política.
Clara Zetkin la alienta a trabajar más bien con estructuras feministas proletarias.