Sinfonía n.º 24 (Haydn)

Cuando Haydn entró por primera vez al servicio de la familia Esterházy en 1761, también fue contratado un nuevo flautista, Franz Sigl.

Tras una intervención diplomática de Haydn, Sigl volvió a ser contratado al año siguiente.

[2]​ En aquella época se solía emplear un fagot para amplificar la voz del bajo, incluso sin una notación separada.

En cuanto a la participación del clavecín como bajo continuo en las sinfonías de Haydn existen diversas opiniones entre los estudiosos: James Webster se sitúa en contra;[6]​ Hartmut Haenchen a favor;[7]​ Jamie James en su artículo para The New York Times presenta diferentes posiciones por parte de Roy Goodman, Christopher Hogwood, H. C. Robbins Landon y James Webster.

No obstante, existen grabaciones con clavecín en el bajo continuo realizadas por: Trevor Pinnock (Sturm und Drang Symphonies, Archiv, 1989-1990); Nikolaus Harnoncourt (n.º 6–8, Das Alte Werk, 1990); Sigiswald Kuijken (incluidas las Sinfonías de París y Londres; Virgin, 1988-1995); Roy Goodman (Ej.

El desarrollo es de una intensidad particular, con una repetición constante que recuerda a Schumann y Bruckner.

El minueto muestra una inclinación hacia lo bucólico, aunque todavía no en el alegre lenguaje del Ländler en el que Haydn se deleitaría más adelante.

Haydn hacia 1770.