Sinfonía n.º 3 (Ives)

La Sinfonía n.º 3, S. 3 (K. 1A3), subtitulada La reunión campestre o en inglés original The Camp Meeting, fue compuesta por Charles Ives en 1904.

Ives fue un pionero en la historia de la música, que se ganó el gran aprecio del propio Schönberg, quien en 1945 declaró: «Hay un gran hombre viviendo en este país (los Estados Unidos de América), un compositor que ha resuelto el problema de cómo seguir siendo él mismo y cómo seguir perfeccionándose.

[3]​[4]​ Hacia 1902 el compositor empezó a expandir estas piezas con la intención de construir una sinfonía.

Los bocetos preliminares, que están incompletos, muestran sugerencias en cuanto a la orquestación.

La revisión fue copiada en tinta por William Tams Copying Bureau, que hoy se ha perdido.

[4]​ La primera publicación fue llevada a cabo en 1947 por la editorial Associated Music Publishers en Nueva York.

Ives las había suprimido de sus manuscritos, y la copia a tinta realizada por Carl Pagano en 1946, que dio lugar a la edición de la sinfonía por Lou Harrison en 1947, no mantuvo estos detalles.

[17]​ Llama la atención al escuchar su estilo polifónico serio y severo, que recuerda al de un coral religioso por el tono arcaico que Ives da a la música, casi como si quisiera confirmar el juicio de quienes calificaban su arte como un forma de “neopolitonalismo” primitivo”.

Cita las melodías de los himnos Azmon, Erie (es decir, "What a Friend We Have in Jesus") y Woodworth ("Just As I Am").

Ives reintroduce parte de la sección central, y se instala en una tranquila coda, terminando el movimiento casi imperceptiblemente.

[17]​ En comparación con los niños que juegan en el pinar de Villa Borghese[20]​ en Pini di Roma de Ottorino Respighi, aquí la alegría es más contenida, sin el menor rastro del ímpetu infantil que caracteriza la pieza del maestro boloñés.

Se abre con cuerdas en dos partes sobre corcheas al estilo de Haydn en las trompas.

Se escuchan "There is a Fountain Filled with Blood", "Happy Land", "Naomi" y "There's Music in the Air", aunque uno podría jurar que "Aloha Oe" también se asoma por la textura.

Tiene sus raíces en una pieza de comunión originalmente escrita para coro al unísono, órgano y cuerdas.

Ives en 1913.