Se designan a sí mismos como Gâ'tɨya pâín, el pueblo del río de la caña brava.
En su novela Toá, el escritor colombiano César Uribe Piedrahíta hace la siguiente descripción de un hombre siona:
Destacábase entre todas la figura de un mozo alto y bien musculado que sostenía animada charla en un corrillo.
Llevaba el largo pelo lustroso cortado sobre la frente y al ras de las orejas.
La cara depilada totalmente teníala decorada con líneas transversales y puntos pintados con achote.