El nuevo sistema fue introducido por Humberstone por primera vez en 1876 en la oficina San Antonio.
A comienzos del siglo XX, se duplicó respecto de esta última cifra y, a fines del ciclo de expansión, se aproximaba al triple.
Allí el material era triturado por máquinas chancadoras hasta lograr un tamaño de 1 a 2 pulgadas.
Finalmente el líquido resultante era enviado a grandes estanques planos, puestos sobre estructuras de madera, para su cristalización por acción solar directa.
[1] El material generado por la cristalización, cuyo color variaba desde el blanco puro, hasta blanco con tintes amarillentos, rosado, gris y hasta violeta,[4] una vez secado al sol, era envasado en sacos de yute de 130 a 140 kilos, para su transporte a los puertos de embarque.