Tras la conquista del señorío, Pedro III lo entregó a su hijo ilegítimo Fernando de Aragón.
Albarracín era un señorío de raíces musulmanas que formaba parte del reino musulmán de Valencia, cuando, según una interpretación historiográfica, un noble navarro, del linaje Azagra, ayudó militarmente al soberano valenciano.
Como pago, el rey le otorgó el señorío de Albarracín, que repobló con navarros.
En junio de 1283, Pedro III el Grande, que se encontraba en Tarazona, emprendió una acción militar a Navarra y Treviño como respuesta del ataque navarro a Aragón en el que se conquistaron y quemaron varios pueblos, entre ellos el Castillo de Ull.
[3] Desde abril hasta septiembre de 1284, los sitiadores presumiblemente construyeron un poblado en la actual calle de los Palacios para que sus soldados estuviesen a cubierto y más cómodos que en tiendas o cabañas en vistas a pasar allí el invierno.