Hacia el 1650 el apoyo que inicialmente se había dado al dominio francés se derrumbaba mientras el ejército español, al mando de Francisco de Orozco, marqués de Mortara, avanzaba de nuevo desde Lérida y ponía cerco a Barcelona en agosto de 1651.
De esta manera se ponía fin al conflicto de la sublevación catalana y las autoridades catalanas quedaban nuevamente bajo la obediencia de la corona española.
Terminado el conflicto de la Fronda,[2] en 1653 el general francés Philippe de La Mothe-Houdancourt[3] junto con los catalanes liderados por Josep Margarit, un total de 14 000 hombres y 4000 caballos[4] entraba por Le Perthus.
El 22 de junio la trinchera ya estaba abierta y poco después se ocupó la plaza.
[6] Las plazas ocupadas por los franceses en el Ampurdán serían devueltas tras el tratado de los Pirineros en 1659.