Damasco fue la primera ciudad principal del Imperio bizantino que cayó durante la conquista musulmana de Siria.
La última de las guerras romano-persas terminó en el año 627, cuando Heraclio concluyó una exitosa campaña contra los persas en Mesopotamia.
Los ejércitos musulmanes marcharon hacia el norte y comenzaron el asedio de Damasco.
Mientras que Jálid entraba en la ciudad al asalto a través de la puerta oriental, Tomás, el comandante de la guarnición bizantina negociaba una rendición pacífica en la puerta Jabiyah con Abu Ubáidah, el segundo al mando tras Jálid.
Aunque este aceptó los términos, tres días tras la rendición de la ciudad, Jálid atacó a los refugiados damascenos que partían hacia Antioquía y los derrotó en batalla seis días más tarde, cerca de la actual Al-Jayyad.