[4] Los autores de ciencia ficción James Patrick Kelly y John Kessel, editores de Feeling Very Strange: The Slipstream Anthology, postulan que la disonancia cognitiva se encuentra en el centro del slipstream, y que no es tanto un género como un efecto literario, como el terror o la comedia.
[5] De modo parecido, Christopher Priest, en su introducción a la novela Ice de Anna Kavan, escribe que:[6] El slipstream se ubica entre la ficción especulativa y la ficción popular.
El factor común y unificador entre estas obras es la presencia en cierto grado de lo surreal, lo no enteramente real, o lo marcadamente irreal.
En 2007, el primer London Literature Festival en el Royal Festival Hall celebró una noche slipstream, presidida por Toby Litt y con participación de los autores británicos Steven Hall y Scarlett Thomas.
[7] En su libro, del año 2012, Walking the Clouds: An Anthology of Indigenous Science Fiction, Grace Dillon identifica una corriente de slipstream nativo americano que precede y anticipa el slipstream, con ejemplos que incluyen Custer on the Slipstream, de Gerald Vizenor (1978).