La soberanía energética es un concepto que se comenzó a desarrollar a inicios del siglo XXI principalmente en América del Sur, de forma inicial, como una contraposición a la idea de la seguridad energética, aunque actualmente suele verse como términos complementarios.
[1] Posteriormente, el término se amplió para incluir no solo la independencia estatal, sino también el derecho de las comunidades y los pueblos a decidir sobre la generación, distribución y uso de la energía.
[5]Esta visión se vio fuertemente inspirada en movimientos como el de soberanía alimentaria y los debates sobre justicia ambiental.
[7][8] Actualmente, la soberanía energética es vista como un derecho que, además, permite abordar los desafíos globales como el cambio climático y la pobreza energética, por medio de un enfoque que integra las energías renovables y tecnologías sostenibles.
[16] Por ello, es necesario tomar medidas para el empoderamiento de las mujeres y así evitar consecuencias negativas.