[1] En el segundo capítulo, considera las circunstancias del sueño y cómo funcionan los órganos sensoriales.
[3][4] Aristóteles explica que durante el sueño hay una ausencia de estimulación sensorial externa.
[5] Él compara las alucinaciones con los sueños, diciendo que "... la facultad por la cual, en horas de vigilia, estamos sujetos a la ilusión cuando estamos afectados por una enfermedad, es idéntica a la que produce efectos ilusorios en el sueño".
En última instancia, Aristóteles concluye que el sueño se debe a movimientos residuales de los órganos sensoriales.
El movimiento en tales casos es excesivo, debido al calor generado por los alimentos.