En 1935 se estrenó el Adagio y el Allegro de su Primera Sinfonía en el Anfiteatro Simón Bolívar.
Ese mismo año se estrenó su concierto para piano y orquesta.
En ese año se estrenó su primer cuarteto para cuerdas catalogado como Op.
En 1940, recibió una mención honorífica por su poema sinfónico El gallo en Pátzcuaro, para orquesta y coro masculino, en un concurso convocado por la Universidad Nacional Autónoma de México.
Bajo su dirección orquestal y concertadora presentó entre otras, presentó también las óperas Il barbiere di Siviglia de Gioachino Rossini; Don Pasquale, L'elisir d'amore y Lucia di Lammermoor de Gaetano Donizetti, y La Traviata de Giuseppe Verdi.
La tarea ha llevado al músico a pensar que Cancino puede ser la primera compositora mexicana en haber creado una sinfonía.