Durante mucho tiempo se pensó que Roma había tenido dos dioses solares diferentes consecutivos.
De acuerdo con fuentes romanas, el culto a Sol fue introducido por Tito Tacio.
Varios filósofos romanos especularon sobre la naturaleza del sol, sin llegar a ningún consenso.
Un ejemplo típico fue Nigidio Figulo, un erudito del siglo I a. C..
Sin embargo, esta evidencia, en el mejor de los casos es escasa,[11] y la opinión de que Aureliano introdujo un nuevo culto del sol pasa por alto la abundante evidencia en monedas, imágenes, inscripciones y otras fuentes donde se observa una fuerte presencia del Dios solar en Roma durante todo el periodo imperial.
La mayoría de los investigadores supone que es por Sol Invictus, aunque nuestra fuente para este festival no lo establece en forma explícita.
Gordon señala que ninguno de estas fiestas están vinculadas con eventos astronómicos.
[17] En realidad se limita a establecer que al mando del emperador Licinio, el oficial al mando del destacamento en Salsovia quemaba incienso anualmente para una nueva erigida estatua de Sol, el 18 de noviembre (Hoey leyó mal la fecha).