Inventada en torno al año 2000 a partir del Proyecto Solaris,[1] la solarigrafía —solarigraphy en inglés— utiliza papel fotográfico sin revelado, una cámara estenopeica y un escáner para crear imágenes que recogen el recorrido diario del Sol por el cielo mediante tiempos de exposición muy largos, entre varias horas y muchos meses.
Las cámaras se cargan con materiales fotosensibles (principalmente papel fotográfico en blanco y negro) para que la luz incidente produzca un ennegrecimiento directo en la superficie.
Todo se mueve muy rápido y nos faltan detalles que necesitan más tiempo para ser percibidos.
Hacer un agujero tan fino como sea posible presionando con la aguja a 90° sobre la superficie de la lata o bote.
Introducir el papel fotográfico cortado a medida y en forma de cilindro abierto con la cara sensible hacia dentro, dejando la parte abierta hacia el lado donde está el agujero que se ha hecho con la aguja para dejar que entre la luz.
Es conveniente colocarla boca abajo para evitar que le entre agua en los días de lluvia.
Recogida de la cámara Colocar la cinta aislante negra encima del agujero hecho con la aguja.
Edición de resultados En un lugar con no demasiada luz, abrir el bote y sacar el papel fotográfico donde se habrá plasmado la imagen.
Escanear la imagen y editarla (ajustes de color, contraste, recorte, etc.) según el resultado que se desea obtener.