Por su parte, Ponch, un joven criminal (interpretado por Allan Medina), trata de escalar posiciones y gobernar la ciudad.
Abrumados por el crimen desenfrenado, los detectives Evans y Avery (Taylor Marr y Jean-Jean-Paul Gibeau, respectivamente) rompen todas las reglas para parar la violencia.
Pero el tiempo no espera a ningún hombre y Ponch decide presionar.
Se vuelve cada vez más inestable y toma lo que desea sin remordimiento.
La película es un viaje oscuro que explora el decaimiento urbano, la falta de vivienda y la enfermedad mental.