Suele ser servida muy caliente en la cena de Navidad y en el almuerzo.
Suelen ser carne de pollo (generalmente pechuga), tacos de jamón, y en algunas recetas antiguas se añade lengua escarlata.
[2] A todo ello suele añadirse un huevo duro finamente picado.
Es habitual igualmente que el caldo se aromatice con un jerez.
En la secuencia de un menú suele ocupar la posición del primer plato.